Fusión de tres instrumentos: Koto, tanpura y monocordio. Este excelente encuentro de instrumentos de cuerda del mundo, hacen que el kotamo sea uno de los instrumentos más útiles en el campo de la musicoterapia. Consiste de estos tres instrumentos unidos en una misma caja de resonancia y puede estar construido con distintos materiales. Su tamaño, y la disposición de cada instrumento dentro del kotamo, permiten que pueda ser tocado de 1 a 3 personas al mismo tiempo.
Por un lado tenemos el monocordio, instrumento inventado por Pitágoras, compuesto por un número variable de cuerdas afinadas al mismo tono: Esto produce que todas las cuerdas entren en resonancia con solo tocar una, haciendo desprender gran cantidad de sonidos armónicos, ubicados a lo largo de las cuerdas. Al tocarlo deslizando los dedos por encima de las cuerdas creamos una atmósfera ligera pero infinita, que produce un efecto armonizante. Este efecto lo podemos apreciar corporalmente en la versión “cama” o “silla” con monocordio, donde nos incorporamos sobre la caja de resonancia del instrumento. Y por el otro lado tenemos la tampura o tamboura, que es el instrumento hindú de acompañamiento por excelencia, de 4 o 5 cuerdas según sea hembra o macho. Proporciona una base sólida y expansible a cualquier estructura musical, y con la cantidad de sonidos armónicos que desprende, la hacen optima para ser tocada con otros instrumentos ricos en armónicos como el didjeridú, la tabla, el sitar o el koto, el otro instrumento componente del kotamo. El koto, situado en la misma cara, al lado de la tampura, es un arpa tradicional japonesa, que puede ser tocada percutiendo las cuerdas con sticks o pinzándolas con los dedos. Es la parte melódica que completa esta formidable trilogía.